El vino caliente, también llamado vin chaud en Francia, glühwein en Alemania o Glögg en Suecia, es una tradición europea muy antigua. Parece que ya se preparaban variaciones de esta bebida en la Roma Antigua.
El vino caliente es una bebida a base básicamente de vino, azucar o miel, naranjas y especias. se consume sobre todo en tiempos de Navidades, cuando hace frío. Esta bebida se asocia generalmente al mes de diciembre, y se encuentra en muchos de los mercados navideños por ejemplo.
En Frrrutiz, les proponemos prolongar un poco el ambiente festivo de las Navidades y preparar un buen vino caliente. Con el frío que hace estos días, seguro que no irá mal.
Esta receta es muy fácil de realizar, y nosotros recomendamos utilizar frutas deshidratadas en lugar de frutas frescas para evitar la dilución de la bebida. Verán que el sabor es más intenso.
Ingredientes:
-75cl de vino tinto
-100g de azucar de caña (puede remplazarse con miel o jarabe de arce)
-3 o 4 rodajas de naranja deshidratada
-3 o 4 rodajas de limón deshidratado
-3 o 4 rodajas de mandarina deshidratada
-Opcional: 3 o 4 rodajas de pera deshidratada
-Opcional: 3 o 4 rodajas de manzana deshidratada
-Una rama de canela
-2 o 3 anises estrellados
-algunas bayas de enebro
-algunas vainas de cardamomo
-5-7 clavos de girofle
¿Cómo prepararlo?
Vierte el vino en una olla, añade el azucar, las frutas deshidratadas y los botánicos.
Calienta la mezcla a fuego lento hasta los 80 grados. es muy importante que el vino no hierva.
Cuando aparezcan las primeras burbujas, quitar del fuego, cubrir y esperar unos 3-4 minutos.
¡Ya está!
¡Que disfrutes!
El contenido de nuestros crackers es único puesto que no hay cereales, y no se añade ningún tipo ni de grasa ni de proceso de fritura.
Gracias al proceso de preparación a baja temperatura, son perfectos para las dietas Raw Food, veganas y vegetarianas.
Perfectos para tapeo y picoteo, son un delicioso concentrado de elementos saludables.
Deshidratar consiste a sacar el agua presente en un producto bajo una serie de condiciones controladas como temperatura, humedad, velocidad y circulación del aire. Deshidratar a baja temperatura permite a conservar todas las vitaminas y minerales, nutrientes y enzimas que su equivalente fresco, y con sabores muy concentrados. Además, con el proceso de deshidratación la alcalinidad de los alimentos frescos se conserva. El desecado provoca que el alimento se reduzca en tamaño debido a que ha perdido gran parte de su volumen (agua), y como resultado se obtiene un alimento de consistencia más liviana y pequeña de un buen sabor y olor el cual es muy resistente y de fácil transportación, con un riesgo mínimo de descomposición o crecimiento microbiano. Al eliminar la humedad del producto, esto se conserva durante meses, en perfecto estado para ser consumido tanto seco como tras rehidratarlo.
