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Caldo de verduras

El caldo de verduras es esencial

Para todos aquellos a los que les gusta cocinar, el caldo de verduras es un componente esencial. De hecho, tanto si se consume como plato como si sirve de base para nuestros guisos, risottos, cremas o salsas, de su calidad depende de la calidad final del plato. El caldo de verduras tiene muchas virtudes, ya que además de ser delicioso, tiene propiedades detox para tu cuerpo.

No hay una receta única para el caldo de verduras, pero en realidad una multitud, porque depende de varios factores. En primer lugar, de la preparación final que queremos llevar a cabo. Así por ejemplo, en un caldo que servirá de base para un plato y que debe ser bastante neutro, evitaremos añadir coles y pimientos, cuyo olor puede enmascarar el sabor y aroma de nuestro plato.

Pero como norma, teniendo en cuenta lo anterior, podremos incluir en nuestro caldo todas las sabrosas verduras que tendremos a nuestra disposición. Por lo general, se utilizan zanahorias, cebollas, puerros y apio (todas sus partes pueden servir). Puede ser sólo un tubérculo, un tallo, hojas o un poco de todo.  Entre las raíces que aportan mucha fragancia, distinguimos el apio nabo, la chirivía y la raíz de perejil. 

Para que nuestro caldo sea aún más interesante, también podemos añadir hinojo: por lo general sus partes exteriores son demasiado gruesas para la ensalada, pero buenas para el caldo. El tomate también es un buen amigo de los caldos. Le da una acidez natural.

Tampoco olvidaremos el toque que dan las hierbas aromáticas   -como el laurel, el tomillo- las ramitas de tomillo fresco o seco, el perejil o el eneldo.

Y por último, terminaremos condimentando nuestro caldo por ejemplo con pimienta negra en granos o con granos de pimienta de Jamaica.    

No se les habrá escapado que a estas alturas no hemos hablado de sal. Los sabios aconsejan salar el caldo de verduras de inmediato, al comienzo de la preparación: la sal ayuda a destacar los aromas y sabores de las verduras. Y dado que el caldo se cocina rápidamente y el agua no tiene mucho tiempo para evaporarse, el riesgo de que quede demasiado salado es mínimo.  Pero no olvidéis después, durante las preparaciones posteriores con el caldo que el caldo ya ha sido salado.

También es una buena idea añadir un poco de vino blanco seco o una cucharada de vinagre de vino blanco. El ácido, por un lado, acelera la transición de aromas de vegetales a líquidos, y por otro lado, "revive" un poco el sabor de las verduras de raíz.

También podremos freír las verduras cortadas o cocinarlas en el horno con aceite vegetal antes de introducirlas en el caldo.   Así, el color del caldo será diferente y el aroma será más intenso.  Pero cuidado, las zanahorias fritas tienen un dulzor más pronunciado que puede ser excesivo en un caldo dependiendo de los gustos. Y luego, este método asume que agregamos grasa a nuestro caldo, que no siempre es lo que queremos.

Si buscamos preparar un caldo con un toque ahumado, podremos quemar el exterior de las verduras con un soplete. Así, obtendremos un caldo con una nota ahumada, muy agradable.

El caldo de verduras se cocina muy rápido.  Menos de media hora desde el momento de la ebullición es suficiente para que las verduras tengan tiempo suficiente para darle al líquido todo lo sabroso y   aromático que tienen.

Una vez finalizada la cocción, no olvides filtrar el caldo a través de un tamiz exprimiendo ligeramente las verduras.  Este caldo lo podemos utilizar inmediatamente o enfriarlo. El caldo de verduras se conserva durante aproximadamente una semana, pero puede también congelarse. Una sugerencia: puedes verter el caldo en recipientes de medio litro y guardarlo en el congelador. Es conveniente congelar al menos parte del caldo en bandejas de cubitos de hielo: por lo que, si necesitas un poco de caldo para cocinar, puedes así usar algunos cubos.

A menudo se recomienda utilizar la parte verde de los puerros. Puedes hacerlo claro, pero prepárate para obtener un caldo marrón. También podemos añadir unos tomates secos o setas secas al caldo de verduras.   Estos dos ingredientes le dan al caldo un sabor más profundo y carnoso. Pero el color puede cambiar y el caldo se oscurece.

En cuanto al agua, aconsejamos utilizar el agua más pura posible.

 

Un caldo siempre listo en casa

Con todo lo que se ha dicho antes, sin duda querrás preparar un buen caldo de verduras.

Sin embargo, no siempre tenemos a nuestra disposición las verduras en casa, el tiempo para prepararlo o incluso las ganas.

Es posible encontrar en el comercio preparaciones para caldos de verduras que parecen facilitar nuestra tarea. Desafortunadamente, a menudo estas preparaciones tienen sal como su ingrediente principal.

Es por ello que en Frrrutiz hemos desarrollado una preparación saludable, sin sal, y a base únicamente de verduras secas a baja temperatura y molidas.  Para que siempre puedas tener a mano el caldo que necesitas. Es muy fácil de usar (solo son verduras secas y molidas): colocar una cucharadita de nuestro caldo en medio litro de agua hirviendo. Cocinar a fuego medio durante 10 minutos, ¡y el caldo está listo!

Nuestra preparación también se puede utilizar directamente como condimento para dar un sabor característico y delicioso a los platos.

 

Receta para un delicioso y versátil caldo de verduras

para 1,5 l de caldo listo para usar

 

ingredientes:

1 cebolla

1 tallo de puerro

2 zanahorias pequeñas

1 raíz de perejil (o un trozo de 50-70 g de tubérculo de apio o una chirivía pequeña)

1-2 ramas de apio (preferiblemente)

1/4 de cebolla de hinojo (preferiblemente)

1 tomate pequeño

5-7 tallos o ramitas de perejil

5-7 tallos o ramitas de eneldo

3-4 hebras de tomillo (preferiblemente)

2-3 dientes de ajo, sin pelar

5-7 granos de pimienta negra

5-7 bayas de pimienta de Jamaica (preferiblemente)

1-2 hojas de laurel

3/4 cucharadita de sal gruesa

100 ml de vino blanco seco o 2 t.a. vinagre de vino blanco

1,8 l de agua

Pelar las verduras, enjuagarlas y cortarlas en trozos pequeños de cualquier forma. Ponerlos en una cacerola ancha, preferiblemente con un fondo grueso, añadir ramitas de hierbas, dientes de ajo no pispados (para que cuando esté hirviendo no haga que el caldo se nuble), sal, pimienta, laurel.

Verter el vino y el agua en una cacerola y calentar a fuego medio-alto. Una vez que el caldo hierva, reducir el calor a medio y cocinar durante 20-25 minutos, hasta que las zanahorias estén tiernas.

Tamizar el caldo, exprimiendo ligeramente las verduras. Usar el caldo inmediatamente o verter en un recipiente para su conservación o para su uso posterior.

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